lunes, 25 de noviembre de 2013

IDEAS Y ALTERNATIVAS VEGETALES PARA LOS INTOLERANTES A LA LACTOSA



La imagen de los lácteos no pasa por su mejor momento. A pesar de que aportan al organismo una cantidad considerable de nutrientes, se extiende la idea de que causan males como, por ejemplo, la intolerancia a la lactosa. ¿Son acusaciones con fundamento? ¿Qué opciones tienen los que no soportan la leche?
 
La leche es uno de los alimentos más completos de la naturaleza. Además de proteínas, grasas e hidratos, contiene ácido fólico, vitamina A, fósforo, potasio, magnesio y calcio. ¿Cómo le hace daño al organismo?
La endocrinóloga Pilar Martín Vaquero, de la Clínica D-Medical,  responsable del vídeoblog de nutrición en EFEsalud, que defiende este alimento, explica que los enemigos de la leche aducen que los seres humanos somos los únicos animales que la consumimos en la edad adulta,  que cada vez hay más intolerancias a la lactosa e, incluso, que guarda algún tipo de relación con el cáncer.
Martín Vaquero asegura que la leche es el alimento más nutritivo de la naturaleza, el más completo, con un tercio de hidratos de carbono; otro tercio de grasas; y otro de proteínas, además de aportar vitaminas, minerales y calcio. Recomienda su consumo moderado y la incluye como dieta mediterránea y saludable, salvo casos de alergia o intolerancia.
Intolerancia a la lactosa
La Fundación Española de la Nutrición (FEN) en su Libro Blanco de la Nutrición en España, define la intolerancia a la lactosa (IL):
“Es un síndrome que puede presentar molestias abdominales, diarrea, flatulencia, distensión abdominal, náuseas e incluso vómitos después de la ingestión de lactosa”.
La IL es una consecuencia del déficit de lactasa, la enzima producida por el intestino delgado esencial para sintetizar la lactosa, que es “un azúcar presente en las leches de los mamíferos y que también puede encontrarse en alimentos preparados”, explica la Asociación de Intolerantes a la Lactosa (ADILAC) en su sitio web.
Cuando los niveles de lactasa están bajos, el organismo no puede procesar la lactosa y aparecen los síntomas que tienen a los lácteos entre la espada y la pared.
La FEN argumenta que es difícil tratar la IL porque esos síntomas no son específicos. Además, “hay un conocimiento limitado del problema”. Por eso, la recomendación inicial es buscar información.

Para Oriol Sans, presidente de ADILAC, es crucial que, “ante la primera sospecha, las personas acudan al médico y soliciten un diagnóstico”.
 
Cuando se haya comprobado que la causa del malestar es la lactosa, sugiere una visita al nutricionista porque la clave está en “seguir una dieta sin lactosa y eso no es fácil”, asegura a EFEsalud.
 
Obstáculos en la vía láctea
 
La vía láctea de cualquier supermercado es tan grande que es fácil perderse entre marcas y etiquetas: es una ruta con obstáculos.
El primero es que, según la FEN, “no hay una normativa que establezca los niveles de lactosa que debe contener un alimento para declararlo bajo en lactosa, lo que conduce a que la industria fabrique productos sin esta sustancia”, que son más costosos.
Otro inconveniente es que muchos alimentos utilizan lactosa como excipiente y este azúcar está presente en algunos que, a priori, no tendrían por qué contenerlo, como embutidos, fiambres, conservas, etc.
 
Además, la lactosa no es un alérgeno y los fabricantes no están obligados a resaltar su presencia en un producto, aunque sí deben declararlo en los ingredientes.
Seguir una dieta sin lactosa parece complicado, pero se han abierto otros caminos.
Vivir sin lactosa
Oriol Sans, de ADILAC, fundó esta asociación en 2003. “En 2006 aparecieron las primeras marcas de lácteos sin lactosa, y actualmente casi todas las marcas ofrecen productos sin lactosa”, afirma.
Este experto manifiesta que ese mismo año determinaron un nivel para considerar que un producto era libre de lactosa (menos de un 0,01%), “el límite detectable por los laboratorios”.
Así, este grupo alcanzó un logro: “a las empresas que certifican ese nivel, tras un convenio, les otorgamos el sello No lactosa, producto recomendado por ADILAC, una iniciativa que no tiene comparativa en el mundo”.
Aunque abundan los productos sin lactosa, las alternativas vegetales ganan adeptos.
Alternativas vegetales
Sustituir la leche es cada vez más sencillo, pero la doctora Pilar Martín Vaquero reitera que los únicos que deben abstenerse de consumirla son los intolerantes a la lactosa o a las proteínas de la vaca, porque le parece un alimento nutritivo y no hay ensayos clínicos que demuestren realmente que perjudica la salud.
No obstante, David Román, coordinador de la Unión Vegetariana Española (UVE), dice que los batidos vegetales que la imitan son cada vez más populares.
Se refiere a las bebidas de soja, almendra, avena, arroz, avellana, quinoa, chufa, sésamo, nuez y castaña que “se pueden adquirir en tiendas especializadas”, como explica a EFEsalud.

“Lo mejor que tienen los productos de origen vegetal es que carecen de las grasas y las proteínas de la vaca, que son poco saludables”, enfatiza Román.
Este especialista destaca en un trabajo publicado en el sitio web de la UVE las bondades de las bebidas vegetales consumidas de forma racional:
  • Soja: Rica en proteínas. Contiene ácidos grasos esenciales, libres de colesterol.
  • Avena: De fácil digestión. Buena fuente de fibra, proteínas y vitamina B, ideal para fortalecer los nervios.
  • Arroz: Es una bebida refrescante y muy digestiva, lo que ayuda a quienes sufren de gastritis. Tiene muy pocas calorías.
  • Almendra: Contiene un alto porcentaje de fibra soluble e insoluble. Su perfil de grasas es saludable y contribuye a regular los niveles de colesterol.
  • Avellana: Aporta calcio, magnesio, hierro, fósforo y potasio. Además, se destaca su riqueza en fibra, en ácido fólico y vitaminas A y E.
  • Quinoa: Tiene más proteína que la mayor parte de los cereales y de mejor calidad. El grano de quinoa es más digestivo que el de la soja y rico en vitaminas y minerales.
Equilibrio e información
Román señala que los lácteos y las alternativas vegetales son “distintos, lo que no quiere decir que los lácteos sean esenciales ni que los vegetales sean inferiores, porque el equilibrio nutricional se logra con una dieta variada y no con un único alimento”.
Precisa que los derivados de la soja pueden ser parte de una dieta saludable, pero no se debe abusar de su consumo, como tampoco debe abusarse de los lácteos.
 
Los intolerantes a la lactosa o a las proteínas de la vaca, aconseja Oriol Sans, deben leer con cuidado las etiquetas para descartar productos que incluyan lactosa y otros ingredientes como suero, suero lácteo, cuajo o azúcar de leche.
 

 





No hay comentarios:

Publicar un comentario